La flota gris: el punto ciego de la gestión

La flota gris: el punto ciego de la gestión

La flota gris la constituyen los vehículos que no son propiedad de la empresa; son fundamentalmente propiedad de los empleados o de personal externo aunque se utilizan para trayectos o actividades relacionados con el trabajo.

La empresa debe asegurarse de que los vehículos sean “aptos para la tarea” y que estén completa y correctamente asegurados, revisados y reparados.

Es la zona oscura de la gestión de la movilidad. Se estima una flota gris en España de 7 millones de vehículos; es decir, 8 de cada 10 vehículos que circulan responden a la flota gris.

Bajo la normativa de prevención de riesgos laborales, estos vehículos tienen la consideración de equipos de trabajo; es necesario por tanto su control. La Normativa no define el “equipo de trabajo” en función de la propiedad, sino por el uso para el trabajo. Por otra parte, habla expresamente del “transporte” como “utilización de un equipo de trabajo”.

Todo ello obliga al empresario a la adopción de las medidas de seguridad necesarias y, además, establece que las comprobaciones deben ser efectuadas por personal competente; documentarse; y estar a disposición de la autoridad laboral, incluso con prueba material.

Las empresas pueden impulsar una propuesta de bonos de mantenimiento y reparación de averías por cuota fija, con diferentes niveles de cobertura que convierten el gasto imprevisto, en una coste controlado y previsible, que además es fácilmente gestionado a través de la app para la gestión de flota desarrollada por Mobius Group: Admiral Fleet.

Un vehículo propiedad de un empleado, que se utiliza para tareas o traslados laborales, puede acarrear serias consecuencias para su empresa, si provoca un incidente de tráfico y, por ejemplo, no tiene correctamente realizados sus revisiones periódicas o lleva la ITV caducada. De ahí la importancia de controlar su mantenimiento y seguridad además de los costes.

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Lorena SánchezLa flota gris: el punto ciego de la gestión