Ingeniero industrial por el Centro Politécnico Superior de la Universidad de Zaragoza y MBA por ESIC. Colabora con la Comisión Europea como evaluador externo de proyectos de I+D, relacionados con sistemas de seguridad en automoción, y ha participado en numerosos seminarios y jornadas sobre técnicas de investigación y prevención de accidentes de tráfico y seguridad vial relacionada con las tecnologías de los vehículos.
Viendo su trayectoria la pregunta es obligada. ¿La pasión por los coches le viene desde niño?
Prácticamente desde niño, sí; y antes que los coches fueron las motos las que me sedujeron. Como, supongo, para muchos jóvenes de mi generación atraídos por la tecnología, el automóvil representaba la obra suprema de la ingeniería, una concentración increíble de soluciones tecnológicas sobre una máquina que nos transmitía emociones, mucho más allá de su funcionalidad.
1992. España acoge los Juegos Olímpicos en Barcelona; la Expo en Sevilla; llega el AVE … Y usted entra a trabajar en Centro Zaragoza. ¿Cómo recuerda su aterrizaje y cómo ha cambiado el sector desde aquel año tan emblemático para nuestro país?
Mi primer cometido en Centro Zaragoza fue la investigación de accidentes de tráfico, algo que yo desconocía por completo. Nunca había pensado que se podía aplicar una metodología científica a esta actividad. Tuve que buscar la manera de formarme por mi cuenta, leyendo lo poco publicado que había en nuestro país, que fundamentalmente tenía una visión policial, y principalmente adquiriendo publicaciones norteamericanas, de enfoque muy práctico, y alemanas, con una mayor base teórica. A partir de lo anterior, después de un par de años de ejercicio profesional, se creó en Centro Zaragoza un departamento de investigación de accidentes y comenzamos a impartir formación en esta materia.
El sector era, por aquel entonces, bastante autodidacta. Como me había ocurrido a mí, cada cual aprendía como y donde podía. Muchos peritos provenían de talleres y valoraban los daños a partir de su experiencia previa; tampoco existían baremos que ayudasen a valorar daños materiales ni corporales, con lo que era una época en la que existía una gran heterogeneidad, entre profesionales, entre diferentes regiones, etc. Creo que Centro Zaragoza ha contribuido decisivamente, entre otros actores relevantes, a través de la creación de baremos, cursos de formación, actividades de certificación, etc., a elevar el conocimiento, fomentar buenas prácticas y homogeneizar, en síntesis, la calidad del servicio que reciben los asegurados cuando tienen un siniestro con su automóvil.

El año que viene usted cumple 30 años de relación con una empresa que cumplirá 35. En esta época de tantos cambios ¿Cómo se mantienen relaciones tan estables y duraderas?
Supongo que se deberá a que comparto los valores de mi empresa, entre los que se encuentra la innovación constante y la aplicación del rigor en la investigación. También ha contribuido a ello el hecho de que durante todo este tiempo el crecimiento de Centro Zaragoza ha avanzado en paralelo con mi crecimiento profesional. He desempañado diferentes cargos, que me han supuesto nuevos retos, muy motivadores; y no menos importante, que trabajar en un centro de investigación, con tantas y tan diferentes actividades, tiene unos alicientes muy difíciles de encontrar en empresas más convencionales, centradas en una gama más reducida de productos o servicios.
Centro Zaragoza nació en 1987 de la mano de un importante grupo de 14 entidades aseguradoras del sector del automóvil; hoy son 19 las aseguradoras socias de CZ. Supone el 65% de las primas del seguro del automóvil en España y más del 30% en Portugal. ¿Qué lleva a las aseguradoras a crear y mantener este centro?
La creación de Centro Zaragoza en España se produjo en un momento en el que habían surgido otros centros de investigación del sector asegurador en el resto del mundo, porque las compañías tomaban conciencia de la complejidad del producto asegurado y de la necesidad de contar con asesoramiento experto en la postventa de los vehículos: su reparación de forma eficiente, el mantenimiento de su seguridad, etc.
La creación de Centro Zaragoza en España se produjo en un momento en el que habían surgido otros centros de investigación del sector asegurador en el resto del mundo, porque las compañías tomaban conciencia de la complejidad del producto asegurado y de la necesidad de contar con asesoramiento experto en la postventa de los vehículos. (…) En estos momentos yo percibo que la necesidad de institutos de investigación como Centro Zaragoza es todavía mayor”
En estos momentos yo percibo que la necesidad de institutos de investigación como Centro Zaragoza es todavía mayor, ya que la complejidad de los automóviles ha aumentado de forma exponencial en la última década: nuevas tecnologías de propulsión, que entrañan nuevos riesgos; nuevos materiales que presentan mayores dificultades de reparación; nuevos sistemas de seguridad (ADAS) que encarecen notablemente las reparaciones, aunque también disminuirán considerablemente la siniestralidad; vehículos permanentemente conectados, que permiten ofrecer nuevos servicios a los asegurados …
¿Cómo se logra coordinar los intereses de empresas tan diferentes?
En Centro Zaragoza investigamos para dar respuesta a las inquietudes que nos manifiesta el sector asegurador y, en muchas ocasiones, anticipándonos a lo que nosotros consideramos que les va a preocupar en los próximos años. La aplicación de los resultados de nuestras investigaciones da lugar, a menudo, a la creación de soluciones tecnológicas que ponemos a disposición de las aseguradoras, sean o no accionistas de Centro Zaragoza. En su mano está, a partir de ese momento, utilizar o no nuestras investigaciones y, por supuesto, la manera de integrarlas en sus procesos, logrando la adaptación a las particularidades de cada compañía. También innovamos para el resto de nuestros clientes, sector postventa, talleres, alumnos, peritos, partners tecnológicos, gruistas y accidentados de tráfico.

Investigación sobre Vehículos. ¿Qué hitos le gustaría destacar de la labor de Centro Zaragoza?
Entre los hitos más destacables pienso que se encuentran la creación de Base SIETE, “Sistema Informativo de Especificaciones Técnicas”, que supone un hecho diferenciador del mercado español, ya que muy pocos países de nuestro entorno europeo disponen de algo similar. Se trata de una base de datos en la que se identifican todos los vehículos comercializados en el mercado español, de todas las categorías, susceptibles de ser asegurados.
En los primeros tiempos del Centro fueron igualmente destacables la creación de un baremo de pintura, el curso de formación de Nuevos Peritos de Seguros o la puesta en marcha de un servicio de certificación, que inicialmente se centró en piezas de recambio y posteriormente se extendió a otros productos y servicios, como talleres, grúas, etc.
Y no puedo olvidar destacar que desde el año 2007 Centro Zaragoza logró su completa autofinanciación, es decir, que las compañías accionistas dejaron de contribuir al mantenimiento económico del Centro, pasando éste a financiarse con la venta de sus diferentes servicios, como sus cursos de formación; servicio de investigación de accidentes; CZ Plus, un sistema de facturación electrónica para Talleres; CZ IDConnect, que identifica características técnicas y administrativas de automóviles a partir de sus matrículas; o la plataforma de venta de recambios, entre otros muchos.
La prevención de daños corporales y el fomento de iniciativas para la mejora de la seguridad vial son dos de sus principales objetivos. ¿Qué hace falta aún para que la cultura de la seguridad vial se implante en todos los españoles?
La mejora de la seguridad vial ha sido, en España, excepcional en las dos últimas décadas. A comienzos de los años 90, cuando yo entré en Centro Zaragoza, había más de 5.000 fallecidos por accidente de tráfico al año. Los tímidos esfuerzos realizados en la década de los 90 no lograban bajar de los 4.000 anuales. A partir de 2004, con la puesta en marcha de una serie de políticas muy acertadas -mi opinión es que esto no cambió hasta que la seguridad vial comenzó a ser tomada en serio, como una cuestión de Estado, por los gobiernos de turno-, se lograron reducir esas cifras hasta los 1.100 – 1.200, en que se han estabilizado desde 2013. Por tanto, no debemos relajarnos ni perder de vista que hay medidas muy simples y eficaces que están al alcance de nuestra mano, como son: respetar los límites de velocidad, cero alcohol o drogas al volante, y siempre hacer uso de los sistemas de seguridad: casco y cinturón. Sobre estos sólidos cimientos tenemos que seguir trabajando.
Ahora, además, pienso que deberíamos mejorar en la protección de peatones y ciclistas, incluyendo también a los nuevos sistemas de movilidad urbana, y en la seguridad vial laboral, es decir, trabajando desde las empresas para mejorar la seguridad de nuestros empleados en sus desplazamientos diarios. En este sentido, la norma ISO 39001, en la que Centro Zaragoza se ha certificado recientemente por AENOR, puede ser una gran ayuda para mejorar la seguridad vial laboral, y Centro Zaragoza ha comenzado a asesorar a empresas para que se certifiquen conforme a la misma.
Ahora, además, pienso que deberíamos mejorar en la protección de peatones y ciclistas, incluyendo también a los nuevos sistemas de movilidad urbana, y en la seguridad vial laboral, es decir, trabajando desde las empresas para mejorar la seguridad de nuestros empleados en sus desplazamientos diarios.”
¿Qué puede contarnos de los asistentes para la ayuda de la conducción (ADAS)?
Qué tema tan interesante. Daría para un monográfico sobre el mismo. A modo de resumen de impresiones personales: tienen un potencial de reducción de siniestralidad enorme; por desgracia en nuestro país no se están vendiendo demasiado, bien por desconocimiento o porque la situación económica no es la más propicia; y considero fundamental que los consumidores los conozcan bien, por un lado para que los demanden cuando se dispongan a adquirir un vehículo nuevo -todavía suelen ser equipamientos opcionales- y, por otro, para que no malinterpreten o sobreestimen sus capacidades -“autopilot”, por ejemplo, no quiere decir piloto automático, es sólo una engañosa denominación comercial, como muchas otras. En este momento no existe ningún sistema de conducción semiautónoma en el mercado-.
Mobius Group gestiona varias flotas corporativas de empresas; alguna de ellas con flota gris … ¿Es posible construir una cultura de seguridad orientada al objetivo de cero accidentes? ¿Qué requiere dentro de la empresa?
En mi opinión es posible. Se trataría de implantar una serie de buenas prácticas en relación con la movilidad de los empleados, tanto en sus desplazamientos “in itínere”, es decir, de ida y vuelta al puesto de trabajo, como en sus desplazamientos “in misión”, cuando viajan durante el desarrollo de su actividad profesional. Como antes mencionaba, la norma ISO 39001 ofrece una muy buena ayuda para que las empresas mejoren la seguridad vial de sus empleados, sistematizando la implantación de buenas prácticas y monitorizando su cumplimiento. En Centro Zaragoza estamos convencidos de ello. En 2020 nos certificamos conforme a esta norma y este año hemos comenzado a prestar servicio de consultoría y asesoramiento para que otras empresas también obtengan esta certificación.
Ustedes tienen una estrecha relación con los talleres españoles. De hecho, han creado varias marcas de certificación como respuesta a la necesidad manifestada por los talleres. ¿Qué aceptación han tenido?
Yo diría que muy buena en España y excepcional en Portugal. Nuestro sistema de certificación de talleres no solo les aporta una mayor visibilidad ante sus clientes, muy especialmente ante las aseguradoras, que es quizá lo primero que se perciba de la certificación otorgada por Centro Zaragoza, sino que yo destacaría que probablemente sea igual o más provechoso para ellos, al menos esa es mi percepción, el asesoramiento que les proporcionamos durante todo el proceso de certificación, que en muchas ocasiones acaba siendo una auténtica consultoría para la mejora de sus procesos y aumento de su rentabilidad. Es importante indicar que Centro Zaragoza cuenta con un taller que emplea actualmente a siete personas, por ello somos grandes conocedores de su día a día y necesidades futuras.

En plena revolución de la movilidad, la labor en I+D+i de Centro Zaragoza y su participación en proyectos europeos, nacionales y regionales, es muy importante. ¿Cuáles destacaría? ¿Alguno del que podamos decir que vamos por delante de Europa?
Actualmente tenemos presentadas varias propuestas de proyectos de I+D, en colaboración con otras empresas y centros de investigación, sobre temas relacionados con vehículo conectado, nuevos sistemas de propulsión y sistemas avanzados de asistencia a la conducción, a la espera de ser evaluados en diferentes convocatorias de ayudas a la investigación. Si resultasen aprobados, nos permitiría abordar investigaciones de muy alto nivel que, por su complejidad y elevado presupuesto, deben ser acometidas por grandes consorcios y contar con ayudas públicas a su financiación. No debemos perder de vista que Centro Zaragoza es una PYME, que se autofinancia con la prestación de servicios, y podemos destinar a investigación el margen que nuestra actividad empresarial nos permite. Afortunadamente, nuestros accionistas no esperan un reparto de dividendos, por lo que podemos reinvertir en el Centro y destinar a tareas de investigación todos nuestros beneficios.
Al margen de lo anterior, financiadas con nuestros propios recursos, estamos desarrollando actualmente investigaciones sobre la influencia de diferentes técnicas de reparación de carrocería sobre los sensores de los sistemas ADAS: cámaras, radares, sensores de ultrasonidos, lidar, etc., y también sobre el riesgo de incendio en vehículos eléctricos, con baterías de litio, y la forma de contener y extinguir el fuego en este tipo de baterías.
Ha generado mucho interés su “CZIDConnect” vinculado a los vehículos sustraídos. ¿En qué consiste?
En esencia esta herramienta lo que permite es identificar marca, modelo y versión de vehículo, obteniendo sus datos técnicos y administrativos a partir de la matrícula, pudiendo proporcionar, además, el código de Base SIETE correspondiente a ese vehículo, que es un estándar utilizado por todo el sector asegurador para la correcta identificación de cualquier tipo de vehículo que pueda ser asegurado. Esto aporta gran valor a diferentes áreas de las compañías, desde Contratación hasta Siniestros.
En Mobius Group hemos pasado de ser una empresa de servicios de movilidad a generar una tecnología que nos permite ser aliados tecnológicos de nuestros clientes. ¿Ha seguido usted nuestra evolución? ¿Qué opinión le merece?
Conocía, desde sus inicios, la actividad de las empresas de Zaragoza: PTRZ, que en poco tiempo se había constituido en un gabinete pericial de referencia en nuestro país, y a Fortius, como desarrollador de aplicaciones de gestión de siniestros muy apreciado por el sector asegurador. A finales del año pasado leí que se habían integrado, junto a MKD Automotive, uno de los principales gestores de flotas de nuestro país, y Reparatucoche.com, pionero en la gestión digital de reparaciones de vehículos para particulares, dando lugar a la creación de un gran grupo, Mobius Group, que extiende su ámbito de actuación a la gestión de servicios de movilidad y a la comercialización de soluciones tecnológicas para profesionales de flotas de cualquier sector, y considero que aglutina todos los ingredientes para hacerlo de forma exitosa.
Imaginamos que Centro Zaragoza vive su propia transformación. Nosotros decimos que la movilidad es imparable y por tanto nada debe detenernos ¿Cuáles han sido las claves de su transformación?
El inicio de la pandemia, como para la mayoría de las empresas, aceleró los procesos de digitalización del Centro. En nuestro caso esto ocurrió, de forma más significativa, con la formación. Prácticamente todos nuestros cursos se encuentran ya digitalizados y se pueden realizar online, que con las nuevas herramientas de comunicación de nuestros profesores con los alumnos y el cambio de mentalidad que aprecio en los mismos, favorecen que en estos momentos la mayor parte de nuestros cursos se impartan online, de forma totalmente satisfactoria y con un importante ahorro de tiempo y dinero para nuestros alumnos, por lo que preveo que esta tendencia se va a mantener. Solo los cursos más prácticos, con necesidad de realizar trabajos prácticos en taller, se desarrollan total o parcialmente de forma presencial.
Otro cambio destacable es el aumento de actividad de I+D, en la medida en que la mejora de nuestros resultados económicos, en los últimos años, nos ha permitido destinar más recursos a esta actividad.
La creciente automatización de procesos es imparable en todos los sectores, porque la tecnología lo permite y con su aplicación las empresas logran una mayor eficiencia en sus procesos. El sector asegurador y la gestión de flotas no van a ser una excepción”
Los perfiles tecnológicos de Mobius han creado soluciones de peritación digital con IA (CatView) y audiovisual (Avatar Expert) con blockchain. Dicen que su tecnología aprende del trabajo de los peritos de la empresa. ¿Qué piensa usted de la introducción de estas tecnologías en los procesos de las compañías de seguros y en la gestión de flotas?
Creo que la creciente automatización de procesos es imparable en todos los sectores, porque la tecnología lo permite y con su aplicación las empresas logran una mayor eficiencia en sus procesos. El sector asegurador y la gestión de flotas no van a ser una excepción. Estas nuevas herramientas pueden transformar la relación con los clientes, dándoles un mejor servicio, a través de una mejor y más rápida gestión de la información.
Hablando de aprendizaje, es importante destacar el papel de Centro Zaragoza en la formación del sector. He vuelto a consultar su catálogo de cursos y veo que ya cuentan con un capítulo importante de cursos para vehículos eléctricos e híbridos. ¿Qué opina de los objetivos marcados en la transición de los vehículos en España y en Europa?
Como podemos observar, la apuesta por una rápida electrificación de la flota de vehículos es total, los fabricantes presentan planes de renovación de su oferta muy ambiciosos para conseguirlo, comprometiéndose a dejar de fabricar motores de combustión en breve plazo, y las administraciones promueven ayudas para facilitar su adquisición, que suponemos se mantendrán al menos mientras estas tecnologías tengan un precio apreciablemente superior al de las que sustituyen. Mi opinión es que, para lograr una difusión masiva de los vehículos eléctricos, además, deberíamos actualizar los conocimientos de todos los profesionales que van a interactuar con ellos, desde servicios de asistencia en carretera, policías de tráfico, emergencias, bomberos, etc., hasta talleres de reparación, con distintos niveles de intervención sobre el vehículo, para que conozcan la forma adecuada de trabajar sobre el mismo, dado que no sólo presenta nuevos componentes sino que también conlleva unos riesgos diferentes, no digo que sean alarmantes, solo que deben ser conocidos para actuar de forma segura y adecuada.